FIESTA DE DISFRACES

Una cosa es el disfraz y otra el arte de disfrazarse. Es aquí donde el sentido mágico de la fiesta, la creatividad de los invitados, el buen gusto y la coherencia en la ambientación y decoración generan un buen impacto, comentarios sorprendentes y grata recordación.  La disimulación, el engaño, la burla, el no ser de cada uno o, el protagonizar personajes, es la oportunidad para vivir la mejor experiencia explorando un poco más y profundamente en la propia creatividad para descubrir el ser auténtico de cada uno.

Una fiesta de disfraces es una celebración en la que se ha motivado a los asistentes a que acudan total o parcialmente disfrazados. En algunas ocasiones, el anfitrión establece las directrices del tipo de disfraz que se debe llevar en términos de color, temática, partes del cuerpo a cubrir, etc. Las fiestas de disfraces constituyen una de las modalidades de fiesta más originales y divertidas que se puede planear. A las motivaciones habituales y a la diversión inherente para este tipo de eventos, hay que añadirle la emoción del preparativo del disfraz, así como la superación de la sensación inicial de ridículo que se produce en algunos de los invitados.

En algunas culturas, está institucionalizada la fiesta de disfraces en determinadas fechas del año: carnaval, halloween, día de los inocentes, amor y amistad, las despedidas de soltero o los eventos de fin de año, que también resultan ser ocasiones propicias para el uso de disfraces. En Europa fue muy popular el disfraz, cuando en las fiestas de la alta sociedad se podían mezclar gente de clase baja camuflándose como uno más, sin ser reconocidos por la utilización de máscaras y disfraces, esta acción le dio el salto final a la implementación de los disfraces en las fiestas.

Antes de organizar una fiesta de disfraces, es conveniente diseñar un motivo lo suficientemente atractivo, para asegurarse de que los potenciales asistentes tienen la clara intención por asistir y de que todos ellos pueden conseguir un disfraz sin demasiado esfuerzo, y motivando además su creatividad para que la fiesta sea exitosa.   En regiones con natural tradición fiestera, no se encontrará demasiada resistencia entre los invitados. Sin embargo, en otros lugares y entre personas no habituadas, es necesario un gran deseo de diversión para acceder a vestirse de manera extravagante. Hay que tener en cuenta que este tipo de celebraciones exigen mucho mayor esfuerzo al invitado, ya sea económico (si tienen que comprar o alquilar el traje) o físico (si deciden elaborarlo ellos mismos). A ello, hay que añadir el pudor asociado a salir y entrar de su casa caracterizado de manera muy particular, que no todo el mundo asume.

Pero para nosotros, es vital superar expectativas, y que cada fiesta de disfraces logre los mejores comentarios y la más grata recordación para sus invitados, pero muy especialmente para sus anfitriones, siguiendo las tradiciones en este tipo de celebraciones, o rompiendo las reglas, pero interpretando toda su creatividad que, sumada a la nuestra, podemos alcanzar que este día resulte aún más especial de lo que sería por sí mismo. Puedes contar con nuestras originales ideas y experiencia para que tu evento sea único e inolvidable.   Después de todo, sólo queremos que tengas la fiesta perfecta y … ¡que la disfrutes!

Si tienes en mente algo diferente, y…  Si está en tu imaginación, lo podemos hacer superando tus expectativas !!

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Para vivir momentos inolvidables.

Recreado a partir de los bailes españoles y de las tradiciones europeas de la época romana, pero adaptados a nuestra cultura y a las expectativas del anfitrión, los orígenes de esta fiesta se encuentran en los antiguos ritos que se celebraban en honor al invierno pero hoy en día se trata de un colorido espectáculo en el que la gente se esfuerza por mostrar sus mejores disfraces. Este baile de máscaras es algo más que una fiesta de carnaval, ya que esta institución es una de las organizaciones precursoras de esta celebración, que se celebró por primera vez en febrero de 1891 en el Teatro de la Comedia. Además, esta gala se convirtió rápidamente en un fenómeno social en España.   Este tipo de fiesta es una mezcla de elegancia, misterio y teatro. La moda de las máscaras se difundió por toda Europa, sobre todo en la forma del baile de máscaras. En París, desde principios del siglo XVIII, el Carnaval se convirtió en una sucesión de bailes de disfraces que daban diversión a miles de personas durante noches enteras. Los grandes aristócratas organizaban en sus palacios espléndidos bailes a los que asistían cientos de personas, a veces miles, todas con máscara y los más variopintos disfraces, la gente derrochaba inventiva para la elección de las máscaras y los disfraces con los que acudían a los bailes. Aquí tienen libertad de presentarse con todo tipo de máscaras, los hombres con vestido de mujeres, las mujeres con vestido de hombres; con máscaras de todos los países, de todas las edades, de todas las clases, por muy extrañas y absurdas que sean. Aquí todo está permitido, y cuando más rara sea una máscara, más se la admira.  Este tipo de fiestas permiten desarrollar toda la creatividad para la decoración que debe ser muy exigente y coherente con la época que se quiera recrear, pero igualmente los invitados pueden desarrollar toda su creatividad diseñando y preparando sus atuendos, vestuario y accesorios con el propósito de sorprender a los demás invitados, pero manteniendo la elegancia y buen gusto que son tradicionales en este tipo de fiestas. Gracias a la máscara cualquiera puede aventurarse en un baile sin temor a ser reconocido, en busca de las emociones asociadas con la celebración.

La comparsa es un tipo de agrupación carnavalesca que interpreta una temática con su música y baile. Los instrumentos, el tipo de baile y el carácter del espectáculo son específicos para cada temática, con modalidades de Tradición Popular y Fantasía, los cuales muestran en escena lo mejor de sus coreografías, sincronización, parafernalia, ritmo, coordinación, expresión corporal, proyección artística y vestuario.   En el carnaval de Barranquilla las comparsas mas populares son  Carnavalito, Las marimondas, Fantasía, Tierra del sol, Fantasía Africana Ekobios, y otras muy representativas.

Para una fiesta de disfraces de comparsas la idea es organizar grupos por familias, equipos de trabajo, procedencia regional etc. desarrollando toda la creatividad en los atuendos, vestuario suntuoso, trajes con plumas y tocados,  accesorios etc, pero además deben incluir coreografías, barras, composiciones musicales, juegos, concursos y todos aquellos elementos con los que puedan complementar su temática y que generen impacto positivo en medio de la fiesta.   Lo primero que hay que conocer es que cada comparsa selecciona un argumento, una historia que contará la agrupación durante el desarrollo de la fiesta, estos argumentos o temáticas son seleccionados y cada traje, accesorio y figuras en competencia forman parte de esa historia representando, con sus vestimentas, algún elemento del argumento.   La reina de comparsa debe ser una mujer bella, alegre que muestre su femineidad, manejo del baile y represente a todos los integrantes de su comparsa. Su vestuario debe ser imponente, presentar una gran sensualidad pero sobre todo delicadeza en sus movimientos. Las Reinas de Comparsa compiten por ser la Reina de la fiesta.  Los pasistas femenino y masculino: conforman una pareja de baile con habilidades y destrezas únicas en el samba, coreografía y expresión corporal. Durante su actuación bailan en conjunto y su uniformidad y coreografía deben ser perfectas. La batería: Es la sección de percusión de cada agrupación y está formada por varios instrumentos, además de los famosos tambores, que muchos consideran el corazón de la comparsa.

Las fiestas temáticas caribeñas, son ideales en lugares abiertos y al aire libre. La decoración incluimos palmeras, arena, frutas y todo tipo de atrezzo relacionado con la costa norte y del caribe.  La ambientación musical más adecuada es la que emplea estilos como el vallenato, la bachata, Champeta, Chandé, Chalupa, Cumbia, Cumbión, Bullerengue, Fandango, Garabato, Grito e’ Monte, Guacherna, Jalao, Lumbalú, Mapalé, Merecumbé, Millo, Parrandín, Perillero, Porro, Son de Negro, Son Sabanero, Son Palenquero, la Tambora, el reggae, el ska, el calypso y, ya para la hora del baile, la salsa o la cumbia.

Una fiesta con temática andina, se caracteriza por disfraces vistosos, máscaras de papel y con las caras pintadas de maquillaje, dando énfasis en el amor como un elemento más de la naturaleza, más allá del agua, la tierra, el fuego o el aire.  La decoración tiene detalles coloridos y mantas andinas, las notas de la zampoña, una flauta pequeña de los altiplanos de Perú y Bolivia, se mezclan con los ritmos del shekere, un instrumento de percusión africano; de los tambores; de los wuiros, y de las chajchas, hechas con pezuñas de animales andinos como la llama y la alpaca.

Una fiesta paisa o antioqueña la desarrollamos en un escenario cuya decoración gira en rededor de las fondas, con elementos típicos de la cultura paisa, collares de arepas, sombreros aguadeños, ponchos y otros elementos coherentes hacen parte del vestuario de los invitados.  Igualmente los géneros musicales son muy variados, pero los mas tradicionales son la música guasca o carrilera, el torbellino, la Guabina, el pasillo, el bambuco y hoy en día la música popular.

Una fiesta Cachaca es un evento chusco, que revive y rescata tradiciones de la Bogotá antigua y su historia entre los años 1900 a 1950, reconociendo los cambios culturales a través del tiempo.  Para este tipo de fiesta incluimos cinco categorías artísticas que son: música, danza, cultura festiva y/o fotografía, que pondrán en escena actividades cachacas tradicionales. A su vez, se desarrolla un concurso de los mejores trajes cachacos e interpretación de personajes legendarios de la época de Bogotá, como el bobo del tranvía y la loca Margarita.

El carnaval es una fiesta antigua, que se remonta probablemente a la Edad Media europea, que consiste en disfrazarse, hacer desfiles, cánticos, comparsas, bailes y permitirse toda clase de excesos.  Su origen quizá se encuentra en la Antigua Roma, donde durante las fiestas Saturnales había un espacio de caos, desorden y sátira, parecido las bacanales de los griegos, donde los excesos estaban a la orden del día.   La tradición de disfrazarse o cubrirse el rostro en esta época responde precisamente a la necesidad de mantener el anonimato para así poder dejar a un lado las formalidades y las normas y entregarse al éxtasis, en contraste con el periodo posterior de la Cuaresma, donde se practica la abstinencia. Nos disfrazamos para ser otros, para convertirnos, por un momento, en aquel o aquello que más anhelamos o repudiamos. Para burlarnos de los demás. Para burlarnos de nosotros mismos. Disfrazarse es también jugar. Jugamos a ser ese que querríamos ser o que ni en nuestras peores pesadillas nos atreveríamos a ser. Y jugar es siempre un arte creativo, donde imaginamos qué haríamos si fuéramos aquellos que querríamos ser. No hay límites sociales en carnaval. Podemos reír y gozar con todos. El disfraz hace posible que en un momento podamos estar bailando con personajes inimaginables sin percatarnos. Es, pues, un momento para liberarnos de las normas y los prejuicios sociales y disfrutar del contacto festivo con el otro. El disfraz también posibilita jugar con nuestro rol: no estamos atados a nuestra personalidad, por lo tanto podemos jugar a ser un rey despiadado o un bufón sin gracia, un payaso triste o un superhéroe cobarde. En la Edad Media, precisamente el carnaval permitía que el pueblo llano y la aristocracia se mezclaran. Nos disfrazamos porque solo así nos atrevemos a hacer cosas que de otro modo serían impensables. A veces nos vestimos de superhéroe, a veces de villano, siempre jugando a soñar ser aquel con el que, en nuestro fuero íntimo, nos identificamos. El anonimato, además, nos da pie a desinhibirnos, bailar, cantar y festejar como nunca lo haríamos, permitiendo los excesos, pero previamente se ponen los límites.

Planear un evento o una fiesta debe servir para, demostrar cariño y amor a una o varias personas,  fortalecer la unión familiar, aglutinar recuerdos, generar nuevos contactos, ampliar el círculo de amistades,  producir impacto positivo, provocar comentarios,  construir la imagen de una empresa o de un proyecto, reconocer el esfuerzo de colaboradores, fomentar el trabajo en equipo, ampliar los stakeholders, robustecer la cohesión interna, agradecer a los amigos, buscar resultados productivos, o generar condiciones de valor agregado.

En la cultura latina nos caracterizamos por ser emotivos, sentimentales, detallistas, pero Colombia es considerado el país más fiestero del mundo. Buscar la manera para celebrar y hacer reuniones con amigos, familiares, colegas, compañeros de trabajo etc. es sin duda, muy divertido y memorable, pero también se puede convertir en un dolor de cabeza a la hora de ver los resultados por las fallas en la planeación.

En la planeación es muy importante considerar todos sus componentes como son la logística de alimentos, las actividades, el recurso humano; pero uno de los componentes más críticos  es la selección del escenario, pues de él depende gran parte del éxito del evento.  Es necesario considerar a la hora de escoger el lugar para la fiesta o el evento los accesos externos, parqueaderos, transporte, facilidad de acceso, espacios externos, afectación a vecindades, espacios internos, tráfico interno durante el evento,  número de invitados, capacidad real de baños, tipo y necesidades de decoración,  ubicación de la música, pista de baile, montaje de servicios, espacio de cocina, rutas de evacuación, servicio de apoyo médico (Dependiendo del número de invitados) y hoy por hoy medidas de distanciamiento y protocolos de Bioseguridad.

Tanto en la planeación como en la definición del lugar, es necesario definir los tiempos, porque que una cosa es la duración del evento y otra diferente es la etapa de montaje y desmontaje, que impacta en la disponibilidad del lugar para la fiesta.

El montaje abarca, por un lado, la disposición del equipo, de los elementos de la logística y los recursos técnicos, humanos y materiales que se utilizarán en el lugar previamente seleccionado y donde se realizará el evento. Por otro lado, constituye la infraestructura estética, la disposición de los espacios, el impacto visual, la funcionalidad, la coherencia de los servicios y la calidad del escenario sobre el que se desarrollará el evento.  Existen diversas modalidades de montaje a la hora de realizar un evento. La elección de una u otra depende de las características y las necesidades del acto particular, de un estudio de posibilidades y de los espacios del lugar seleccionado, de la temática del evento, de los componentes de la fiesta, de los protocolos de acuerdo al tipo de celebración, y de las expectativas del anfitrión.

El mobiliario crea un mundo para la escenificación del acontecimiento, pues, gracias a cada uno de los complementos que lo forman, nos traslada a una decoración y a un ambiente sin igual. La iluminación constituye un elemento de decoración de gran relevancia si se tiene que tener claro que atmósfera desea crear, ya que de la forma en la que ilumine su evento, influirá en el ambiente que genere, produciendo sensaciones que la gente percibirá como la imagen y calidad de la fiesta.

Al ser el espacio que los invitados comparten durante la fiesta y en los que pasan una buena parte del tiempo en una celebración, la decoración, el atrezzo, las mesas, las sillas, los accesorios son una oportunidad para innovar y generar el mayor impacto. Esto sumado al “Catering”, el “Mise en place”, alimentos y bebidas, considerando además, el tipo de servicio, son elementos claves sobre los que se pueden generar los mejores comentarios de los invitados.  Algunos otros muchos detalles adicionales son necesarios para tener en cuenta para lograr resultados exitosos durante el montaje: número y nombres de los invitados, música y entretenimiento, actividades y juegos, recuerdos del evento, limpieza permanente y servicios de baños suficientes y de buen gusto, recurso humano necesario, etc. etc. etc.

Consideramos que la presentación de la comida es importante y el placer de comer empieza al observar un plato agradable, y bien presentado.  Sin duda, uno de los aspectos más importantes para los eventos, es el catering, es decir, alimentos y bebidas con su servicio integral. Crear un buen clima de bienvenida, cuidando de todos los detalles y con un control total sobre la celebración, es lo que nos diferencia de los demás profesionales del sector.

Los alimentos y bebidas son factores que pueden fortalecer la imagen de un evento creativo.  El look and feel con el que se pretende impactar a los invitados y generar buenos comentarios, debe lograr presentaciones y sabores acordes con el concepto y a la temática de la fiesta, generando sensaciones y emociones para sorprender a los asistentes.  Los junk bars se han puesto de moda y permiten la posibilidad para ofrecer alimentos salados y dulces muy atractivos; lo mismo ocurre con las barras de café y los coffee break con café, té, galletas y bocados dulces o salados, pero estas modalidades de servicio son diferentes a las de las comidas rápidas.

Dada la importancia que reviste hoy para la gente la comida sana, nuestro servicio tiene en cuenta este aspecto y estamos en capacidad para asesorar sobre un menú variado, equilibrado y fácilmente digerible. El concepto de comida rápida en el catering cambia. Es “rápida” porque debe ser fácil de servir, fácil de empacar y fácil de comer. Disponemos de un buen portafolio de raciones más pequeñas apropiadas para refrigerios, lo que nos exige ser más creativos tanto en las preparaciones como en las presentaciones.

Disponemos de infinidad de menús, de acuerdo al tipo de evento, al número de invitados, a la temática y a la imagen con la que se pretende impactar: desde menús gourmet, pasando por doce tipos de parrilladas, hasta comida típica por regiones y menús económicos o empresariales, incluyendo también: postres, sándwiches, postres, etc. y en materia de bebidas, disponemos de bebidas naturales y artesanales, cervezas de todo tipo, bebidas industriales, coctelería básica y pasantes.

La música es la clave para crear experiencias sensoriales en los asistentes, a través de ella es más fácil generar emociones.   Al pronunciar la palabra fiesta, automáticamente la relacionamos con alegría, entusiasmo, y hay elementos que influyen en buena medida para mantener arriba los niveles de diversión. En este orden de ideas, la música es fundamental, para encender la euforia, y la tecnología nos brinda muchas alternativas de sonido adaptadas a todos los gustos y también a todo tipo de diseño de un evento.

Dentro de nuestro equipo de trabajo disponemos de animadores que saben lo que hacen y están totalmente preparados para trabajar con diferentes tipos de personas y de actividades, teniendo además el carisma y las habilidades para desarrollar química con el grupo, adaptabilidad, soltura personal, experiencia, capacidad de observación y ante cualquier tipo de imprevisto cuentan con un montón de recursos para hacerles frente. No hay duda de que confiar en nuestros facilitadores, recreadores y animadores para los eventos y fiestas es una decisión acertada.

Cuando realizamos cualquier tipo de evento cada detalle es importante, y la música junto con la animación y las actividades, nos ayudan a involucrar a los asistentes en el ambiente que hemos creado para ellos, pero además, podemos utilizarla para marcar las pautas del mismo, y a separar los diferentes momentos de la celebración aunque todo se realice en un mismo espacio. Nada como un buen ambiente musical para enfrentarte a una audiencia dura y exigente. Además, sirve para recordar buenos momentos o asociar alguna canción a un logro de la empresa, un buen recuerdo o una espontánea celebración especial.  También es muy útil cuando el objetivo es de integración y que los invitados se relacionen entre sí, a través del karaoke, cantar o tocar un instrumento, componer canciones o cualquier actividad que implique ritmo y sonido fomentará la unidad del grupo y la conexión de grupo, transmitir valores o avivar ideas, elevando el sentido de pertenencia.

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